Hoy les traemos la receta y el modo de elaboración de uno de los platos más exquisitos y tradicionales de la Comarca de la Vera. Se denomina calostro a la leche de los primeros días tras el parto de la madre, ésta se diferencia de la leche normal por ser más densa, con un tono amarillento y sobre todo por contener todos los nutrientes y elementos necesarios para la cría, tratándose de un alimento esencial para su vida. Por este motivo es un producto escaso, ya que solo se pueden obtener pequeñas cantidades y siempre de cabras que tengan alimento en exceso para la perfecta nutrición de sus crías.

Ingredientes y instrumentos necesarios
Calostros: utilizaremos medio litro en nuestra receta. Se trata del ingrediente principal y quizás el más difícil de conseguir en el mercado. Sin embargo seguro que conoceis a alguna familia de cabreros/as muy cerca de vuestra casa que os proporcionará este valioso ingrediente muy gustosamente.
Azúcar: 3 cucharadas soperas, pero se puede echar más o menos al gusto.
Olla: donde calentaremos y herviremos los calostros para cuajarlos.
Colador: utilizado para colar la leche.
Modo de Elaboración
El primer paso es encender el fuego y añadir la leche a la olla utilizando el colador para eliminar posibles residuos o impurezas que pudiera traer la leche tras el ordeñe.

Una vez tenemos toda la leche en la olla y mientras se templa un poco, añadimos el azúcar a la olla, en nuestro caso hemos utilizado 3 cucharadas soperas para medio litro de leche.

Tras añadir el azúcar viene el paso más importante de todo el proceso. Tenemos que remover la leche con una cuchara, siempre en el mismo sentido y sin parar hasta que la leche acabe de cocer y se cuaje. Si dejamos de remover se nos cortará la leche y no habrá servido de nada todo lo anterior.

A medida que vamos removiendo y que la leche va cogiendo temperatura observamos como el líquido se va cuajando poco a poco consiguiendo una textura más espesa.

El espesor y la textura final de los calostros va a depender de la leche utilizada, siendo menos espesa a medida que pasan los días tras el parto de la madre. En nuestro caso nos gusta que queden finos por lo que si la leche es muy reciente y espesa solemos añadir un poco de leche normal o los pasamos la batidora una vez cuajados.
Una vez haya cuajado vertemos todo el líquido en unos boles y lo dejamos enfríar o los tomamos caliente, según gusto del consumidor. También se le puede añadir un poco de canela.

Con este artículo queremos difundir este postre típico que para nosotros es más que una delicia culinaria tradicional puesto que su consumo nos lleva a tiempos de nuestros abuelos y nos evoca infinitos buenos recuerdos.